26 de abril de 2016

Estoy tan... cansada. De todo. De todo el mundo.

Las desgracias te vienen por todas partes. El mundo se hunde y tu con él. Muchos ni se dan cuenta porque viven atrapados en la monotonía diaria. Pero, incluida yo, ninguno se para a escuchar ni a sentir. ¿Por qué? Porque simplemente se acabaron las fuerzas de seguir en pie en una guerra contra quienes solo aquellos que poseen sumas inalcanzables de dinero obtienen el poder. Pero el problema no es el dinero ni esas personas. Sino más bien nosotros. NOSOTROS somos los que escogemos todo aquello que nos pueda venir encima.

10 de marzo de 2013

Después de tanto tiempo




      -¡Hey!  -Dijo él, con los ojos iluminados.
      -   
      -¿Qué te pasa?
      -Nada, no esperaba volver a verte. –Dijo ella, apartando la mirada.
      -Ya, yo tampoco después de aquello…
      -Si… aquello.
      -¿Y cómo te va todo?
      -Estupendamente.
      -¿Ah, si?
      - No.
      -¿Qué es lo que ocurre?
      -Que, ¿qué es lo que ocurre? Ocurre que después de meses sin verte, sin saber nada de ti, sin tener pensamientos sobre ti, sin llorar por algo que no merecía la pena, de no recordar todos los momentos vividos, después de haberme obligado a no volver a enamorarme, de sentir lo que sentí contigo, de rechazar a todo hombre que quiso entrar en mi vida… de pensar que finalmente te pude olvidar, apareces tú y, me haces dar cuenta, que aún no te he borrado de mi memoria por mucho que me obligue a creerlo.
      -
      -Claro, no digas nada. Siempre fuiste y serás así.

  [Sin más pensarlo, él, la besa dejando atrás todo lo dicho. A ella se le cae una lágrima.]

     -
     -Hace meses que no sabes nada de mí, porque desaparecí del lugar.
     -¿Por qué?
     -Por ti. Porque me arrepentí de haber dejado escapar a la mujer que de verdad se interesó por mí. Desde la última vez que te vi, no he podido dejar de recordar todos y cada uno de los pequeños momentos que vivimos juntos, no he dejado de revivir tus miradas, tus caras, tus tonterías, esa manera de ser tan especial que tenías conmigo. Tampoco he podido olvidar, el momento en el que te pusiste a llorar por miedo a perder esa historia tan bonita que tuvimos… Yo en vez de saber valorarlo, te pedí una amistad cuando en verdad quería tu amor, tu cariño, tu sonrisa, tus ánimos… cuando en verdad, te necesitaba a ti.
Desde que te dejé, solo he hecho que culparme por haber cometido tan grave error.
    -No sé que decirte.
    -No digas nada. Solo quiero que escuches esto: Tenías razón.
    -Razón, ¿en que?
    -En que tenía miedo. Miedo a volver a ilusionarme con una chica y después, a cambio, recibir un disgusto por su parte. Sé que tenías razón, pero en ese momento no te supe escuchar ni tampoco supe entender todo lo que estabas haciendo por mí. Lo siento muchísimo. – Se le cae una lágrima.

[Ella le abraza]

   -Te dije un día que te esperaría, y eso he hecho. –Le susurra ella al oído.